Te despiertas, miras por la ventana y unas ganas inmensas de salir te recorren el cuerpo, te pones la más guapa del mundo y te dispones a bajar las escaleras.Ya estas fuera. Miras a tu alrededor. Está lleno de personas, no hace muy buen día pero hay bastante ambiente. Ahí es cuando te paras en elegir, derecha o izquierda? Que dilema. Lo echas a suertes porque hoy todo va a ser propósito del azar. Toca derecha. Te dispones a andar sin rumbo fijo, cruzas calles, esquinas y sigues esperando a que su destino haga su trabajo. Quizás pises una mierda y empieze a jarrear o tal vez tengas la mayor suerte del mundo y ese, es un riesgo que estoy dispuesta a correr siempre que atravieso la puerta de mi casa.
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