Estresada. Sí, si tuviera que definir mi estado ahora mismo utilizaría esa palabra. De repente todos los exámenes se han volcado en las dos próximas semanas ausentandome de la vida social. A penas voy a poder asomar la cabeza por la ventana más de cinco minutos para envidiar a cada uno que pasa por en frente. Y es que todo es una gran mierda; con el tiempo me saldran arrugas de la angustia, se me caerá el pelo y me pondré como una bola sebosa si mi desesperación sigue aumentando, pero de mientras, me tumbo en mi cama y pienso en todos los planes que tengo para el verano porque todo eso hace que "pasarlas canutas" ahora merezca la pena.
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